Doomia, la dragona del cielo vespertino.

Doomia era la mejor dragona voladora, y era la que hacia las mejores acrobacias hacia en el aire. Su orgullo era casi tan grande como bellos eran sus gestos en sus maniobras aéreas. Pero un día, todo cambió. Era día tormentoso, y Doomia estaba con sus prácticas habituales, sin embargo, aquella tormenta era muy fuerte, pero pensó en seguir hasta que ésta cesara su violenta lluvia y sus atronadores truenos y relámpagos. En una maniobra, un rayo le impactó en un costado, y la derribó hacia el bosque que tenía justo debajo, un bosque que sobrevolaba con frencuencia pero que no conocía a ras de suelo. Aquel día conoció ese suelo, muy pero que muy cerca.

A la mañana siguiente, Raideath estaba paseando por esa zona del bosque, cuando vio unos colores muy llamativos hechos una bola de pelo y plumas debajo de un árbol. Se encontró con Doomia dormida y con un costado con un gran moratón. Raideath estaba dudoso, no sabía quien era, pero estaba claro que estaba herida y que mejor sería cuidarla hasta que pudiera volver a estar bien. Doomia se asustó al principio al encontrarse cara a cara con Raideath justo despertar. Al poco rato, Raideath la convenció para llevarla donde estaban Rooby y Caroline, los cuales fueron a atender en lo que pudieron a la malherida y desorientada Doomia. Aquel día decidieron que se quedase para cuidarla hasta que mejorase.

Días más tarde, Doomia intentó volar, y a pesar que le costaba todavía, se animó a dar un par de vueltas. Doomia les agradeció que cuidaran de ella, y a pesar de que era muy orgullosa, también sabía corresponder, así que decidió quedarse un tiempo más para poder devolverles el favor, y quien sabe, si para quedarse definitivamente en ese bosque con sus nuevos amigos.