Brovia, el dragón del cielo matutino.

Astuto, atrevido, confiado... son algunos de los atributos que se enjoya Brovia, el apuesto dragón que vuela siempre toda las mañanas su montaña de nubes y peñascos, esperando a poder encontrar algo que sea digno de su atención.

Brovia era un dragón con gran interés por las cosas únicas o extravagantes. Siempre quería saber cosas de los demás y también, si podía sacar provecho de ello. No era mal tipo. Era un cabroncete.

En una ocasión, sobrevolando la costa de los Jardines del Laberinto Viridiano, encontró pocas cosas que le llamaran su atención. Salvo otro dragón, una dragona más bien, que realizaba piruetas y vueltas imposibles en el aire. Aquello era digno de la atención de Brovia.

Brovia intentó entablar conversación con la dragona, pero ésta solo se le acercó para decirle brevemente: "Doomia. Y sí, estoy ocupada". Brovia no se lo tomó a malas, veía que estaba entrenando, y era un buen entrenamiento. Se quedó mirándola horas hasta que se le acercó y le dijo: "Estoy aquí todos los días. Si mañana traes algo para comer cuando termine, quizás hablemos. Si no te parece bien, puedes volver por donde has venido, ¿vale?". Entonces Doomia se fue, dejando muy sorprendido a Brovia.

Brovia fue cada día desde entonces, llevando cada día cosas diferentes, con tal de hacer que se sorprendiera Doomia, y que se ablandara un poco con él, a pesar que parecía que le había caído bien. Con el tiempo fueron estrechando lazos e intercambiando frases más largas, incluso anécdotas y todo.

Doomia le ofreció ir al claro del bosque y presentarle a los demás. Brovia lo rechazó. Simplemente le dijo: "Aún tenemos que compartir más almuerzos hasta que me dé por mudarme, aunque seguro que tienes amigos muy majos. Pero yo...soy un espíritu libre, vago aquí y allá..." a lo que Doomi le respondió, cortando toda respuesta posible: "Y sin embargo eres el espíritu libre más encadenado a mí con el que me he encontrado."

Cuando Doomia contaba cómo se conocieron ella y Brovia, los demás reían y comían en pos de aquella relación que estaba surgiendo entre ellos. Coraline animaba a Brovia a devolverselas a Doomia, pero decía que no se veía capaz, no soportaría la idea de superar a tan espléndida y dura contrincante... y amante.